Al visitar Atecozol puedes encontrar una imagen en piedra de este fantástico animal por el área de la piscina familiar donde están las cascadas.
La Cuyancúa… Cuyancuat o la serpiente emplumada de la mitología Maya.
Según cuentan los lugareños, en las horas del anochecer, se escucha hacia el rumbo norte de la población de Izalco, o más a lo lejos un graznido o chillido tenebroso seguido de fuertes turbulencias bajo la tierra, que sumía en pánico a las familias de los barrios de ladinos e indígenas. Se trata de la Cuyancúa.
Por lo cual, los lugareños se encerraban a tempranas horas en sus hogares, estos se escucha principalmente en los alrededores de los ríos y quebradas, dicho animal se arrastra recorriendo la zona en busca de alimento se esconde en las acequias de Izalco, Caluco, Nahuilingo y San Ramón. Quienes la oyen se encomiendan a Dios, se ponen en actitud beatífica y, con los ojos cerrados, piensan en lo que anuncia el animal temporales, fuertes tormentas, inundaciones…
Para quien se anime a buscarla, la Cuyancúa se mantiene en los alrededores del balneario Atecozol. Repta por las orillas de los riachuelos, se enrolla en los árboles y desaparece de la vista humana por algún tiempo. Poco después se le oye por Nahuilingo, se desliza por los ríos va a asustar a las lavanderas del Río Grande. Vuelve y se escucha en Caluco o San Ramón...
Otra parte de la leyenda, asegura que la Cuyancúa hace que brote agua de la parte de tierra en donde escarbó para echarse. De allí mana un agua limpia y fresca, que se puede beber sin ningún riesgo por eso es que en los municipios que frecuenta existen tan hermosas vertientes...
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