Ascensión
Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido.
Desde aquí veo el mar, tan azul, tan dormido,
que si no fuera un mar, ¡Bien sería otro cielo!...
Cumbres, divinas cumbres, excelsos miradores...
¡Que pequeños los hombres! No llegan los rumores
de allá abajo, del cieno; ni el grito horripilante
con que aúlla el deseo, ni el clamor desbordante
de las malas pasiones... Lo rastrero no sube:
ésta cumbre es el reino del pájaro y la nube...
Aquí he visto una cosa muy dulce y extraña,
como es la de haber visto llorando una montaña...
el agua brota lenta, y en su remanso brilla la luz;
un ternerito viene, y luego se arrodilla
al borde del estanque, y al doblar la testuz,
por beber agua limpia, bebe agua y bebe luz...
Y luego se oye un ruido por lomas y floresta,
como si una tormenta rodara por la cuesta:
animales que vienen con una fiebre extraña
a beberse las lágrimas que llora la montaña.
Va llegando la noche. Ya no se mira el mar.
Y que asco y que tristeza comenzar a bajar...
(¡Quién tuviera dos alas, dos alas para un vuelo!
Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido,
con el loco deseo de haberlas extendido
¡Sobre aquél mar dormido que parecía un cielo!)
Un río entre verdores se pierde a mis espaldas,
como un hilo de plata que enhebrara esmeraldas
Esto es una filigrana! Me remonto a cuando de nina en el colegio tenia que memorizarla, nunca la entendi ni pretendi entenderla, solo saber lo suficiente para sacar buena calificacion. Ahora, la he leido despues de muchos anios......que belleza! conforme la iba leyendo me transporte a esa montana, y pense en lo que Alfredo Espino sintio al inspirarse de esa manera. Senti melancolia, senti tristeza y anoranza por mi tierra, pero senti mas alegria que gracias a ud. y a esta fabulosa pagina me ha transportado a tan lindo lungar dentro de mi alma. La nostalgia mas grande la siento por aquella nina de talvez 8 o 9 anos a quien nadie nunca le explico lo grande de esta obra. Gracias Veronica, un inmenso abrazo,
ReplyDeleteAllets Aquino-Reyes